Toda documentación, como señala Hoyuelos (2007), responde a un plan detallado de observación y escucha de la infancia, cuya finalidad es entender la cultura infantil: su forma de pensar, hacer, preguntar, teorizar o desear. Escuchar significa estar atento, con todos los sentidos, reconocer todos los lenguajes de la infancia en su relación con el mundo. Escuchar es una actitud que nos debe remover desde dentro para vaciarnos de prejuicios. Es romper para construir. ¿En qué consiste? La documentación consiste en la recogida y exposición sistemática y estética (a través de la programación con sus respectivas unidades didácticas, imágenes, paneles, vídeos, palabras de los niños y niñas, productos gráficos,…) de los procesos educativos.
No se trata sólo de plasmar lo acontecido, sino de construir –en diversos formatos- un producto público que dé cuenta narrada de lo vivido y pueda ser compartido con los niños y niñas, familias y docentes. La documentación, de forma intrínseca, incorpora una acción selectiva de elegir lo relevante, lo significativo, lo sorprendente e inesperado, lo que hace diferente cada día en una escuela infantil. Es necesario ajustar la mirada para seleccionar, enfocar y encuadrar la mirada en aquellos aspectos que puedan ser reconstruidos para ofrecer una visión interesante y comunicativa de las experiencias vividas.